ASOMARSE A LA EMPRESA COMO UN SISTEMA VIVO. IDEAS CLAVE DEL ENFOQUE SISTEMICO APLICADAS A ORGANIZACIONES

¿Y si la empresa no fuera solo una estructura, sino un organismo vivo?

Desde la teoría sistémica entendemos que una organización se comporta como un ser vivo: se relaciona con su entorno, se adapta para sobrevivir, y solo prospera si hay equilibrio entre sus partes.

¿Estabilidad o cambio?

Toda empresa necesita un delicado equilibrio entre estabilidad e inestabilidad. Sin un mínimo de orden, no hay eficiencia. Pero sin una dosis de cambio, no hay innovación.

Tip: Observa si tu equipo vive en el “todo está bien” o en el “siempre estamos apagando fuegos”. Ambos extremos generan desgaste.

¿Quién sirve a quién?

En los sistemas sanos, las partes están al servicio del todo. En las empresas, eso significa que personas y equipos están al servicio de la organización, y no al revés.

Error común: Confundir el bienestar de un departamento o de una persona con el éxito global.

¿Cómo sabemos si hay equilibrio?

Cuando el dar y el recibir están descompensados (tiempo, reconocimiento, esfuerzo…), surgen tensiones.

Tip: Pregúntate: ¿Dónde estoy dando demasiado sin recibir a cambio? ¿Y dónde recibo sin contribuir lo suficiente?

¿Cómo influye el pasado en el presente?

Las empresas tienen memoria. Lo que no se reconoce o se silencia (un fundador, un equipo despedido, una etapa difícil) no desaparece: se cuela en dinámicas invisibles.

Señal de alerta: Cuando aparecen frases como “esto ya lo intentamos y no funcionó” o “así se hacían las cosas antes”.

¿Por qué a veces los roles no fluyen?

Si alguien no termina de dejar su función, el siguiente no puede ocuparla del todo.

Ejemplo: Un líder que ha sido ascendido pero sigue interviniendo en su antiguo equipo, obstaculiza sin querer el liderazgo del nuevo responsable.

¿QUÉ PUEDES HACER DESDE HOY?

          •         Revisa si hay confusión entre funciones o responsabilidades.

          •         Reconoce abiertamente las contribuciones pasadas, aunque hayan sido dolorosas.

          •         Asegura la pertenencia: incluso las salidas deben hacerse con respeto.

          •         Honra los orígenes: cada empresa tiene una historia que merece ser contada.

En resumen:

Aplicar la mirada sistémica permite detectar lo que no se ve, pero se siente. Y cuando eso se nombra y se ordena, el sistema —la empresa— respira mejor.