Porque la mejor forma de aprender es experimentar y disfrutar del proceso.
Varios equipos se enfrentan y comparten un reto: crear platos innovadores y de calidad. Cuentan con un tiempo y unos ingredientes limitados, por eso necesitan Agile, para agregar valor al producto a un coste bajo.
El proceso de cocinado se desarrolla a través de iteraciones programadas. En cada iteración se obtiene feedback del cliente para adaptar partes del producto o formas de trabajo del equipo. A partir de este punto se planean de nuevo las siguientes acciones, gracias a las cuales, al final del proceso será posible la entrega de un producto de valor.
Aprendemos que el error es una inversión, que hay que equivocarse y hacerlo lo antes posible. Desarrollamos sprint cortos que mejoran el producto de forma incremental durante el proceso mismo de producción.