Este mes hemos tenido la valentía de hablar de felicidad. Algo que viene ocupando a filósofos y psicólogos desde hace siglos.
En este artículo os resumimos las que a día de hoy se sabe son las claves para ser feliz y que bajo nuestra experiencia son elementos indispensables.
Si alguien se pregunta cuánto de lo que sigue tiene que ver con nosotros, diría que en general el equipo Eka es bastante “feliciano”. Si no felices al 100%, candidatos aplicados. Sería complicado acompañar a nuestros clientes por un camino que no conociéramos.
Vamos a ello. Para los que leen rápido podéis saltar por el texto a través de las negritas. Para los que queráis profundizar, podéis pinchar en los enlaces que os llevarán a algunos libros.
4 claves para ser feliz
1. Elegir
Según Séneca, las personas en su aspiración a la felicidad tratan de descubrir qué es eso, y al hacerlo cada una encuentra un camino diferente. Esta es la primera pista. Cada persona tiene una forma diferente de ser feliz y para lograrlo requiere en primer lugar un ejercicio de autoconocimiento y en segundo, un ajuste vital que le permita vivir en consistencia con sus propias necesidades y preferencias.
Obviamente, no es fácil, porque la sociedad con sus tendencias y la familia con sus guiones prescritos ejercen una gran influencia en el individuo, quien para vivir de acuerdo a sus dictados internos tendrá que hacer ajustes que en mayor o menor medida le exigirán algún peaje social o familiar.
2. Agradecer
Otro aspecto clave para la felicidad, largamente demostrado por la psicología sistémica, es la importancia del agradecimiento. Además de la correlación bioquímica que se sabe que tiene esta emoción sobre nuestro bienestar, el agradecimiento es una actitud que coloca a la persona con los brazos abiertos hacia la vida. Listo para acoger lo que venga como un regalo.
Lograrlo pasa por un ejercicio de agradecimiento inicial y primario hacia los padres, agradeciendo esa vida que no se tendría de no ser por ellos. Sin embargo, la experiencia familiar está plagada de experiencias, algunas de las cuales se asocian con sentimientos muy diferentes: dolor, envidia, tristeza… Solo hay un camino, por difícil que sea, el camino de la aceptación y el perdón. La asunción de que los padres dieron lo que tenían e hicieron lo que podían. Y como dice Joan Garriga en su libro “Donde están las monedas”, aceptar las monedas que nos entregaron con profundo agradecimiento, para iniciar con ellas nuestra propia vida con plenitud. Esto para ciertas personas (las menos) es algo que sucede de manera natural, para otros requiere un trabajo personal de toma de conciencia y en algunos casos puede requerir un acompañamiento terapéutico.
3. Aquí y ahora
Una tercera clave, directamente relacionada con la felicidad, es el foco en el aquí y el ahora, tal y como predica la práctica del mindfulness y llevan años defendiendo gurús como Osho, Deepak Chopra o Eckart Tolle en “El poder del ahora”. Nuestra mente planificadora se obstina en mirar hacia adelante y anhelar “lo siguiente” y nuestro yo melancólico se recrea rumiando el pasado. Pero como dicen los maestros, todo ocurre en el momento presente, vivir fuera de él es una trampa de la mente que nos impide imbuirnos con los cinco sentidos en las cosas que a cada momento la vida nos ofrece.
4. Aceptar
Nuevamente, es la mente la que cuando por fin nos enfocamos en el aquí y ahora empieza a producir los “sí, pero”. Sí, el paseo es muy bonito, pero hace un poco de fresco. Sí, la comida está buena, pero están tardando mucho en servirnos. Sí, muy a gusto aquí en el sofá, pero la película, floja. Y como si se tratara de una linterna enfocando eso que falta o no está a nuestro gusto, nos ponemos a evaluar, sin darnos cuenta de que, enganchados por el ego, hemos dejado de disfrutar de lo que ya teníamos.
La búsqueda de la perfección, además de utópica (diría incluso soberbia) nos aboca a una permanente resistencia hacia lo que es, lo que ya nos es dado, generando una dinámica conflictiva y tóxica. Por contra, aceptar la vida tal cual se despliega, con sus imperfecciones y giros inesperados, nos aporta calma y nos conecta con una mirada plena y positiva.
Esperamos que estas reflexiones os sean de ayuda y os animamos a trabajar en esta línea tan sencilla como poderosa. Al fin y al cabo, no tenemos otra vida que esta (que sepamos) por lo que tratar de ser feliz no es un objetivo pequeño.
¿Te animas a ser feliz?